El rápido crecimiento de la inteligencia artificial (IA) está transformando la industria tecnológica, y en su núcleo se encuentra un elemento crucial que a menudo se pasa por alto: la tecnología que conecta los chips de computadora. Mientras las empresas invierten miles de millones en la construcción de enormes centros de datos de IA, los fabricantes de chips se apresuran a desarrollar formas más rápidas y eficientes para que los chips se comuniquen entre sí y con sistemas externos.
No se trata sólo de actualizar la infraestructura de red existente; se trata de crear enfoques completamente nuevos para manejar la avalancha de datos que impulsan las aplicaciones avanzadas de IA.
Tradicionalmente, las redes de semiconductores han existido en múltiples niveles: desde interconectar transistores dentro de un solo chip hasta vincular bastidores de servidores llenos de potentes procesadores. Jugadores establecidos como Nvidia, Broadcom y Marvell ya tienen fuertes bases en este mercado. Sin embargo, las demandas de la IA están traspasando los límites de lo que es posible, lo que lleva a nuevas empresas innovadoras a explorar soluciones no convencionales.
Ingrese a la tecnología óptica o fotónica, un campo que ha visto un interés renovado gracias al auge de la IA. Aunque alguna vez se consideró demasiado cara y compleja, la fotónica utiliza luz para transmitir datos en lugar de electrones, lo que ofrece la posibilidad de velocidades significativamente más rápidas y un menor consumo de energía. Empresas como Lightmatter, Celestial AI y PsiQuantum están liderando esta iniciativa, desarrollando sistemas fotónicos de silicio avanzados diseñados específicamente para las demandas informáticas de alto rendimiento.
Nick Harris, director ejecutivo de Lightmatter, destaca un desafío clave: “La cantidad de potencia informática necesaria para la IA ahora se duplica cada tres meses, mucho más rápido de lo que predice la Ley de Moore”. A medida que los chips crecen en tamaño y complejidad, la interconectividad eficiente se vuelve primordial. Su solución consiste en apilar chips de silicio y conectarlos mediante interconexiones basadas en luz, creando esencialmente grupos de chips 3D ultrarrápidos.
Otras nuevas empresas también están causando sensación. Celestial AI obtuvo recientemente 250 millones de dólares en financiación de destacados inversores, incluidos AMD y Fidelity Management, mientras que PsiQuantum, centrado en la construcción de computadoras cuánticas utilizando fotónica, recaudó mil millones de dólares liderado por BlackRock. Estas inversiones reflejan la creciente confianza en que las redes ópticas son la clave para desbloquear las capacidades informáticas futuras.
Sin embargo, hay obstáculos que superar. La fotónica sigue siendo relativamente cara de fabricar e integrar con los sistemas eléctricos existentes. Además, gigantes establecidos como Broadcom y Marvell tienen una profunda experiencia en brindar servicios a hiperescaladores (empresas como Google y Meta) con chips de inteligencia artificial y soluciones de red personalizadas. Su capacidad para escalar rápidamente y atender las necesidades específicas de los clientes les brinda una ventaja significativa.
Si bien aún faltan algunos años para la revolución de la fotónica, la carrera ha comenzado. La creciente demanda de velocidades de datos más rápidas en las aplicaciones de IA garantiza que las tecnologías de redes innovadoras seguirán atrayendo inversiones e impulsando la competencia dentro de este sector vital de la industria tecnológica. Como lo expresa acertadamente Ben Bajarin, analista tecnológico de Creative Strategies desde hace mucho tiempo: “Las redes son lo que hace que las computadoras funcionen, pero parece que la industria se está moviendo hacia una personalización mucho mayor”. Este cambio podría crear oportunidades para nuevas empresas ágiles, incluso cuando los actores establecidos mantienen su dominio.























